Pedro Roberto Valera de Miticun, hombre humilde, caletero y trabajador del campo |
IV.
... Los humildes no mienten. Aprendieron
que la vida es dura y que el cielo no se tapa
con un dedo. Por eso son cordiales y se armonizan
con un tiempo que no tiene reloj ni tiene odio
ni prisa ni maldición para nadie.
El hombre pleno, el que mira donde se esconde
el corazón y se apertrecha amable, solitario,
su inspiración la alimenta de la riqueza moral
de esos seres primordiales que huyen
de la violencia y el rencor que incide al mundo.
Poema Los Humildes / De «El hombre extendido»
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