Este corral está diseñado en forma circular para encerrar a los animales. Allí, los vendedores exhiben sus animales y los compradores examinan su estado físico y luego ofrecen.
Aquí se da un proceso de comercio, y es muy peculiar ya que ambas partes, vendedores y compradores son muy tercos y no quieren ceder fácilmente. Además, la forma de hablar y de mirarse durante el proceso de negociación es muy ocurrente, lo que le da un toque divertido y único a la experiencia. La terquedad y el ingenio de ambas partes hacen de esta experiencia algo muy peculiar y memorable.
La imagen captura un momento en el Mercado Campesino de Boconó, un pueblo andino ubicado en el estado de Trujillo, Venezuela.
Foto del 15 de junio 2013.
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